25 de mayo de 2012

 Reflejos
poéticos de Elizondo
· El Fondo publica poemario inédito de Salvador Elizondo
Salvador Elizondo siempre estuvo en contacto con las vanguardias artísticas y sus cambios, quizá por su formación inicial como artista plástico. Nunca se estancó en un estilo e intentó evolucionar continuamente, quiso que su obra escrita abarcara distintos géneros y fuera —incluso— camaleónica.
Su obra brinca del cuento a la novela, pasando por el ensayo y la poesía, de esta última surge ahora un poemario inédito del escritor: Contubernio de espejos. Publicado por el Fondo de Cultura Económica, este volumen reúne la obra lírica que Elizondo escribió entre 1960 y 1964, y la cual no había visto la luz hasta ahora.
Esta casa editorial ha publicado anteriormente títulos emblemáticos como Farabeuf, Narda o el verano, Estanquillo, Camera lucida, entre varios más, los cuales muestran su faceta como creador de personajes y su capacidad analítica para hablar de fotografía, pintura o escultura.
El universo poético planteado por el autor —desde la aparición de su primer poemario en 1960— se encuentra repleto de alegorías al erotismo, metáforas visuales y alusiones a la luz en contraste con la oscuridad. Las temáticas abordadas no se distancian mucho de las empleadas en la prosa; el autor incluye referencias a personajes clásicos de la mitología griega y romana, diálogos entre personajes que ocultan su invisibilidad en las palabras.
Durante las actividades que conformaron la trayectoria cultural de Elizondo se encontró su relación con el séptimo arte, la cual derivó de la influencia de su padre, quien fue productor cinematográfico durante la época de oro del cine mexicano.
El escritor perteneció al consejo de redacción de la revista Nuevo Cine, de la que se publicaron siete números entre 1961 y 1962. Esta publicación estuvo impulsada también por Emilio García Riera, José de la Colina y Carlos Monsiváis; quienes apoyaron a García Ascot en la producción de En el balcón vacío, filme que aborda el exilio español desde una perspectiva inédita y atractiva.
A esta obra, Elizondo dedica unas líneas en Contubernio de espejos: “En el balcón vacío”, poema homónimo que habla de la soledad y que otorga una posibilidad de lectura en la cual remite a esa sensación de quienes tuvieron que abandonar su país de origen.
La obra se divide en seis partes temáticas: “Umbrales”, “Cuerpo secreto”, “El soñador sin su noche”, “El mal amor”, “Elegías romanas” y un último apartado sin título. A través de los versos que conforman el poemario, Elizondo consolida un recorrido que va del sueño a la realidad, el cual nos permite revivir su presencia en las letras mexicanas.
Para mayor información, favor de comunicarse al Departamento de Prensa:
Graciela Sánchez Silva
52.27.46.72 ext. 6123

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