29 de enero de 2012

El conde Djokovic, invencible

AUSTRALIAN OPEN 2012

El conde Djokovic, invencible

Gana su tercer Gran Salm al hilo



Por Héctor León / Enviado Merlborne/ESPN/ONLINE/agenciatodocultura

El conde Novak Djokocvic hiló su tercer Gran Salm al hilo, ganó la corona del Abierto de Melbourne pasando caminando sobre sus oponentes y ante un feroz Rafael Nadal que en la final le dibujó parciales por 5-7, 6-4, 6-2, 6-7 (5-7) y 7-5, tras casi seis horas de arduo trabajo, dejando en claro la diferencia, sobre todo en partidas de gran aliento, su técnica de oxigenación en la final más larga de la historia de los Grand Slam

Así es, Djokovic, sale de su cámara hiperbárica, cual ataúd de Nosferatu, todos los días antes y/o después de sus partidas, que lo baja a tres atmósferas, a cien por ciento de oxigenación (lo que respiramos es 40 por ciento naturalmente) cómodamente viendo una película acostado, por un periodo de 30 minutos a una hora.

Esta técnica de rejuvenecimiento, llamada medicina hiperbárica (sumamente cara) es muy sofisticada y poco conocida; utilizada por el serbio Djocovic, quien posee su propia cámara hiperbárica, le ha dado resultados fantásticos. Oxigeno, es lo que necesita un jugador cuando es llevado a extremos de su rendimiento, tal es el tenis, deporte de alta precisión y suma inteligencia.

En la final del abierto australiano, después de los primeros cuatro sets, a cuatro horas de juego, los finalistas arribaron al verdadero partido: el quinto set, donde midieron espíritus estando 4-4, a un game de 32 golpes. Agotador: ganó Djokovic, y ahí se definió la final más larga de la historia.

Rod Laver, Pete Sampras, Roger Federer , Rafael Nadal y ahora el conde Djokovic, resultan como los únicos que han ganado cuatro títulos en un año. Nadal se anota tres finales de Gran Slam perdidas.

Coraje, alta técnica, sorprendente tenis, lucha de titanes, guerreros de la post modernidad, con la diferencia marcada en esos momentos que ya no responden las piernas y la cabeza de nubla: una pequeña reserva de oxigenación extra de Djokovic, fue la diferencia. Un game, el último match, donde Nadal cayó ante el conde serbio.

Dramatismo en los primeros sets, ambos jugadores jugando cada punto como si fuera el último, un imbatible Nadal ante un invencible Nole. Pocos rompimientos, pero precisos. Nadal siempre arriba, se cargó de toda la presión, que al final lo reventó. Nole, le ganó por una nariz.

El conde rompe records, se lleva su número Uno con ese dejo de invencibilidad de los guardianes del éxito; y además, se embolsó la cifra más alta repartida en la historia de los Abiertos: 2.3 millones de dólares australianos (2.45 millones de dólares).

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