10 de junio de 2011

ENSAYO DIGITAL "COVADONGA: LA SANTA CUEVA". BAR COVADONGA 24 DE JUNIO

COVANDONGA

La Santa Cueva

Real Capital de Asturias

Ensayo Digital

Bar Covadonga

 
Puebla No. 121 Col. Roma Mëxico D.F.
Tel.5533-2922
Digitalizador
Héctor León & Ruth Gómez Monterrubio

Viernes 24 de junio
 
20:00 Hrs.
"Niño Guapo"
Flamenco
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Contacto

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COVADONGA LA SANTA CUEVA









HECTOR LEÓN & RUTH GÓMEZ MONTERRUBIO
A una hora del Puerto de Gijón, en el Mar Cantábrico, en Los Picos de Europa, del Principado de Asturias, emerge un enigmático centro espiritual llamado Covadonga.

Múltiples cascadas inundan las praderas asturianas y se convierten en enormes y bellos lagos; entre las rocas se distingue una cueva que, desde hace siglos, es refugio de asturianos, castellanos, visigodos y cristianos.

La Santa Cueva de Covadonga es un auténtico templo y la Real Capital de Asturias. La guarida del Rey Pelayo, que en 714 derrotó a los musulmanes. Su espada, descansa en este lugar. La Virgen de Covadonga, bendice, desde su capilla, en la Santa Cueva.
Héctor León & Ruth Gómez Monterrubio, agentes digitalizadores  MULTI TASK, realizaron el ensayo digital Covadonga: La Santa Cueva , y Léon, imaginó en letras aquella experiencia amorosa y milenaria, que acompaña a la muestra digital de 30 imágenes en mediano formato, con el poema COVADONGA, que presenta el 24 de junio en el Bar Covadonga, Puebla 121, de la colonia Roma, a las 20:00 hrs.

Ficha de sala
Covadonga
La Santa Cueva
Capital de Asturias, España
Digitalizadores multi task
Héctor León & Ruth Gómez Monterrubio
El Monte Auseva, en la real capital de Asturias, centro espiritual de este reino fundado por el Rey Pelayo, hijo del Duque Fafila, de la corte visigoda del Rey Egica. Luhó como espartano con D. Rodrigo en la batalla de Guadalere en 711, y en 722, en la Batalla de Covadonga, donde derrota a la invasión musulmana, teniendo como refugio a la Santa Cueva. La monarquía asturiana con la corte Cangas de Onís, fundada por el Rey Pelayo, durante 59 años es la capital del Reino Astur. A su muerte, sus restos descansan en la Santa Cueva.
Entre los montes asturianos surge vistosa e imponente La Basílica de Covadonga de 1877, de estilo neo-romántico. En la cima del Monte Auseva, sobre la Cueva Santa, donde habita la Virgen de Covadonga, “La Santita”. Covadonga significa la Cueva de la Señora (del latín, cova dominicana). En gigantesco peñasco, a unos 20 metros se sitúa la Santa Cueva, la capilla que resguarda a la Virgen.
Más abajo, surgen cataratas de agua que explotan de entre de las rocas, donde se puede acceder a tomar agua; es la Fuente de los Siete Caños, sobre todo para las jóvenes casaderas, pues se dice que: “La virgen de Covadonga tiene una fuente muy clara, la niña que de ella bebe, dentro de un año se casa”.
Una campana del siglo 19, de unos cinco mil kilos, con escenas de la Divina Comedia de Dante, obra de Xaiero Sortini, anuncia la entrada a la Santa Cueva. Más abajo, a la entrada del santuario, dos esculturas monumentales de leones miran hacia el Parque del Príncipe, y resguardan la Santa Cueva, a la que asisten de todo mundo a venerar a la Virgen de Covadonga. Visitar su museo y hospedarse en el lujoso Hotel Pelayo, a un costado de la Basílica, es un ritual de miles.
En la placilla de la Basílica, la escultura del Rey Pelayo, realizada en 1965, con su cruz de la victoria y su empuñando su espada, saluda al turista y devotos, que llegan desde El Puerto De Gijón, norte de España, en el Mar Cantábrico, a unos 40 minutos en auto, hacia Santander.
POEMA

COVADONGA

FRAGMENTO

(…)

Caen las hojas de sus manipuleos derrotadas

En lágrimas de piedad

El goteo de la regadera allende los mares

Uno en acaso en Covandonga, La santa cueva

Y se te caen los calzones de miedo

No son las sensatas palabras

Las que dictan la súplica

Son las rocas que saben escuchar

Son las olas que nunca cesan en su grito

(Ondulatorio)

Acaso te penetro como el mar

Y Corren los jugos en tu boca mi boca

Te mueres una y mil veces

Y sabes que no hay que morir

Por que por ti moriría una y mil veces más

Que tú (…)



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