7 de junio de 2010

Rafael Nadal obtiene vuelve a la cima: otra vez, el número 1



Ganó la copa de los mosqueteros, del Roland Garros, por quinta vez

Por Héctor León

Fotos: Cortesía Sitio Oficial del Roland Garros

Hace dos años Rafael Nadal ganó todo. Llegó a la cima y destronó a su majestad Roger Federer, en la catedral del Tenis, Wimbledon, se encumbró, en el llamado partido del siglo contra Roger. Después vino la debacle, lesiones, problemas personales, y cayó una y otra vez; este año regresó como los grandes, y con su público se llevó el Abierto de Madrid, ante Ferderer, también el de Roma y llegó al Roland Garros por todo y obtuvo su quinta corona en el torneo de Paris, y paso caminando ante Robin Shoderling, quien hace año lo eliminó: Nadal jugó el torneo perfecto, no perdió ningún set y en una tranquila tarde, le aplicó en la final a Shoderling un 6-4, 6-2 y 6-4.
El regreso de un grande no se da todos los días, por eso el niño terrible del tenis se desplomó en llanto ante su hazaña de obtener cinco coronas del Roland Garros (una menos que Borg en los años 70s), que lo pone en el camino de ser el mejor arcillista del mundo si sigue por este camino, que lo logra al cumplir 24 primaveras, que se impone como un tenista que juega furioso, ambicioso y contundente, y que llega a la cima del ATP: Nadal es el número 1.
Emulando a los mosqueteros se llevó la copa, para beberla a sorbitos todo lo que resta del mes, para ver a su selección en el mundial y prepararse para seguir en la ruta de hacer historia y romper más marcas: le ha callado la boca a Federer, quien habría declarado hace meses, que le faltaba coraje a Nadal, para arrebatarle el número 1. Y la historia tendrá su justa cita entre estos dos tenistas que han marcado este deporte de manera inédita, cuando a partir del 24 de junio se vean las caras en Wimbledon.
Los parisinos, no son fans de Nadal, incluso no le hicieron loas al nuevo rey; los parisinos son difíciles, igual que los ingleses, que hace mucho no tienen un tenista ganador. En todo el torneo, como en los anteriores, Nadal, luchó más contra el público que contra con sus débiles contrincantes, y lo peor, que los parisinos tendrán a Nadal para rato.
Nadal fue a París más por alcanzar el número 1 de la ATP, que por los 1,120, 00 euros del Roland Garros, Nadal vino a caminar por las calles del barrio latino, disfrutó de la Monalisa en el Lovre y hasta se subió a la Torre Eiffel: caminó por la canchas del Roland Garros y dejó en claro que quien quiere pelotearle, sale perdiendo; quien quiere jugarle a la red, lo destroza; quien quiere hacerle al sabio, le responde con imaginación; y quien quiera derrotarlo, simplemente, tiene que hacer el partido perfecto.
Nadal, siempre Nadal, otra vez Nadal, el niño terrible, es un indestructible con raqueta y alma de hierro.



1 comentario:

  1. Muy buena crónica... lástima que te la fusilaran, tu estilo es inconfundible...saludos!

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