12 de febrero de 2010

EL MENÚ DEL AMOR

EL MENÚ DEL AMOR
Por Ruth G. Monterrubio / gastrónoma


Sublimar los sentidos a través de la comida puede ser una gran opción para sorprender y festejar a la pareja este 14 de febrero.
No se trata de complicarse, simplemente hay que poner empeño en lograr una atmósfera cálida y ofrecer platillos sencillos, pero que contengan esos ingredientes que históricamente se han considerado como afrodisíacos y que, independientemente de los efectos reales en el organismo, tienen la virtud de ser deliciosos e invitantes.
Canela, apio, espárragos, nueces, ajo, miel, cacao, cilantro, fresas, vainilla, ostras, almejas, apio, jengibre, mariscos, azafrán, clavo, enebro, salmón romero, tomillo y cardamomo, entre otros, son algunos ejemplos de ingredientes que aportarán un toque de seducción en cualquiera de sus combinaciones. Todos ideales para preparar una cena inolvidable y romántica.
La Orgía de los sabores propone para esta noche, en la que el amor es el principal invitado, un menú en el que cada ingrediente puede conquistar el paladar y catapultar al resto de los placeres.
Cocinar para el ser amado, en principio, es un acto de completa entrega, pasión y cuidado, enorme muestra de empeño por complacer al otro. Así que de entrada: ¿qué tal apio crudo untado con queso crema? Y al lado, un Carpaccio de salmón con alcaparras espolvoreadas con chile piquín.
Claro que no debe faltar una salsa picante dispuesta desde el principio para juguetear con los sabores; una buena opción podría ser la de tomates, chiles verdes, cilantro, ajo y un toque de pasilla.
Camarones gigantes pelados, cortados en mariposa y cocinados al ajillo (ajo y guajillo) con una guarnición de arroz a las hierbas es una buena alternativa para el plato fuerte. Aunque, si la idea es que el menú no sea precisamente ligero, podemos incluir previamente una crema de espárragos y una ensalada verde de tres lechugas con aguacate y aderezo de miel y mostaza.


El postre, por supuesto, debe incluir chocolate y si es amargo, mejor. Las brochetas de fresas, bañadas en salsa de chocolate, enfriadas con anticipación suelen ser un imán no sólo a la vista, sino para todos los sentidos. Con un poco más de tiempo para dedicar a la cocina puede prepararse un pastel de chocolate en forma de corazón con un relleno ligero de mermelada de chabacano, adornado con cerezas.
Evidentemente no hay fiesta romántica sin un buen maridaje. Para los platos salados le recomendamos un Shiraz Malbec que marida perfectamente con cada uno y puede dar paso a un vino lambrusco frío que armonice con el postre.





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