18 de junio de 2009

LA ORGÍA DE LOS SABORES

L.A. CETTO REDESCRUBRE EL ESPÍRITU DEL VINO DE VALLE DE GUADALUPE
Por Héctor León
todocultura@prodigy.net.mx

No me importa donde vaya el agua,
siempre que no vaya hacia el vino.
(G. K. Chesterton)


Con 80 años de vida, las bodegas de L.A. Cetto disponen de un amplio abanico de etiquetas, cuyas varietales y mezclas dejan muy en alto la calidad y presencia del vino mexicano; caldos plagados de sabor que, al mismo tiempo, proporcionan el pretexto perfecto para redescubrir el espíritu del vino de Valle de Guadalupe.

Una cualidad de esta casa, que cuenta con condecoraciones internacionales, son sus precios asequibles a la mesa del amante de los buenos vinos. En su relación precio/calidad, la oferta de vinos de L.A Cetto constituye una buena alternativa para tomarse a la hora de la comida, cotidianamente, sin dejar todo el salario en la vinería o el restaurante.

El abc de los vinos indica que, a la hora de elegir, hay que inclinarse por un vino equilibrado en su acidez, tanino y alcohol, y que la relación precio /calidad esté de acuerdo al paladar y, por supuesto, al bolsillo. Una buena opción, son precisamente estos dos caldos que presentamos ahora.

Petite Sirah .Tinto.
Cien por ciento de Petite Sirah, la uva que empieza a tomar cada día mayor fuerza y que, pronto --para muchos expertos--, se va a encumbrar como la uva que identificará a los tintos mexicanos.

Este varietal de origen francés tiene dos cualidades a destacar:

No obstante que no tiene barrica (seis meses de añejamiento en botella), posee un cuerpo discreto con un grato final en boca y un fuerte sentido de bosque seco, como cuando la tierra esta firme y los olores de los árboles inundan la nariz con su sabia; para un vino joven, es un halago al paladar.

El color granate intenso pinta la copa y la boca de manera abusiva, diría. El típico efecto draculesco en boca no debe asustar al bebedor. Pinta… y de lo lindo, pero como retribución al bebedor por el escandaloso rojo indeleble deja también sabores de deliciosas moras maduras, a punto de fermentación. Y habría que agregar lo mejor, sobre todo si usted es de los que optan por un vino económico y regularmente cae en los vinos chilenos sin personalidad, cuya única gracia es costar menos de cien pesos. Pues bien, aquí tiene un vino de alrededor de 80 pesos, que le viene bien a la comida mexicana picosita. Y tiene un plus, ya sea por el color o la fuerza de la uva, es un vino que pedirá un lugar en su memoria. Salud.

Nebbiolo. Reserva Privada. Tinto.
La uva nebbiolo, tan exitosa en Italia, se ha avenido excelentemente en el Valle de Guadalupe. Regularmente se le utiliza como corte para completar un ensamble y se obtienen resultados sorprendentes. Pero este Reserva, al cien por ciento de Nebbiolo, está muy por encima de cualquier dudosa “reserva” del Cono Sur o, incluso, españoles similares en precio/calidad.
Es un vino que no rebasa los 180 pesos, según la tienda. En restaurantes, desgraciadamente, no lo ayudan, suelen elevarle el precio desmesuradamente… pero, ése es otro tema.
El Nebbiolo. Reserva Privada es un caldo equilibrado que ha sido premiado internacionalmente, incluso, sobre los italianos. Un verdadero hallazgo de L.A. Cetto que no ha cejado en su empeño de mejorarlo. Tiene 14 meses de barrica y lo duermen 24 meses en botella.
Cuando usted descorche éste caldo tenga la seguridad que es un vino hecho sin prisas y que le pide ser su amigo. Acanelado, con delicadas notas minerales posee una columna vertebral firme con taninos definidos y, según la añada (2002 y 2004), alcanza niveles de un vino de guarda. Especial para pastas y pizzas. No lo dejará mal parado si acompaña un plato nacional, una buena chistorra o cualquier corte de carnes rojas.


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